Hola!
Me llamo Paula y soy de Madrid, aunque vivo en Barcelona desde hace dos años. No te digo mi edad que me da vergüenza jaja pero para que te hagas una idea tengo menos de 30 😊
Tengo mucha suerte, porque estoy pasando la cuarentena en Madrid con la familia, pude volver desde Barcelona antes de que empezara todo esto.
Quería que supieras que aunque no te conozco te prometo que pienso un montón en ti! En como estarás pasando todos estos días, si te tratan bien, si los compañer@s de habitación o el personal sanitario te hacen bromas para que sonrías, o si quien hace las bromas eres tú, si te gusta la comida que sirven,...
Quería decirte que no estás sol@, que todos estamos a tu lado y aportando lo que podemos para que te mejores, que esto pasará y que espero que ya tengas pensado a quienes vas a abrazar cuando todo esto acabe!
Me despido ya que no quiero robarte más tiempo, gracias por ser la razón de esta carta!!!!
A ser feliz y ánimo que tu puedes!!!!!!!!!!!!!!!!
Hola,
Mi nombre es Sara, soy de Barcelona y tengo 26 años. No te conozco, no sé de dónde eres, cómo te llamas, qué edad tienes o cuál es tu situación personal, solo sé que estas en el hospital por culpa del Coronavirus, y eso me basta para saber que eres muy fuerte y que estás luchando por salir en cuanto antes de ahí. Quiero que sepas que rezo cada día por ti y por tu recuperación. También rezo para que los médicos, enfermeras y todo el personal sanitario sepan hacer su trabajo lo mejor posible y que nos puedan ayudar a salir de este momento tan complejo.
Últimamente he intentado sacarle la parte buena a esta situación, a lo que nos está aportando como personas y como sociedad, y me gustaría poder compartirlo contigo para darle un toque de optimismo a estos días que seguramente no serán fáciles para ti.
- Solidaridad: supongo que tú ya lo habrás vivido en tu propia piel, pero es impresionante cómo hemos pasado de ser una sociedad egoísta, en la que la gente solo mira por sus intereses, a tener que poner cada uno su granito de arena para salir de esta todos juntos: unos sin salir de casa, otros (médicos, enfermeras, farmacéuticos, policías, bomberos, personal de los supermercados, transportistas, etc.) yendo a trabajar porque son esenciales y exponiéndose al riesgo de contagio (realmente, son unos héroes), aplaudiendo cada día a las 20h a el personal sanitario, escribiendo cartas como esta, y otras muchas iniciativas que han ido surgiendo para poder ayudar dentro de lo que podemos.
- Imaginación: es una situación que nadie había vivido, y nos ha obligado ser más imaginativos que nunca. Es impresionante ver cómo los vecinos de un bloque de cualquier ciudad ahora comparten música, deporte y otras actividades de terraza en terraza, cuando antes seguramente, ni se mirarían a la cara. Yo misma acabo de hacerme un horario para mantenerme ocupada y aprovechar el tiempo, haciendo cosas que en el día a día normal no encuentro nunca el momento.
- En familia: este virus nos está ayudando a estrechar lazos con la familia, ya sea porque no los tenemos cerca y nos preocupa saber cómo están, o bien, porque vivimos con ellos y tenemos la oportunidad para conocernos más.
- Aprendiendo a valorar: un abrazo, un beso, una caricia, una cerveza en un bar con los amigos, ir a clases a la universidad, ir a la oficina, salir a dar un paseo, y una larga lista de cosas que no nos habíamos dado cuenta de lo importantes que eran, hasta que lo hemos perdido.
Deseo de todo corazón que te recuperes pronto, que puedas volver a estar con tu familia y tus amigos lo antes posible. Aunque ahora parezca difícil imaginarlo, estoy segura de que, dentro de un tiempo, miraremos hacia atrás y veremos todo lo positivo que el COVID-19 ha dejado en el mundo.
¡Un abrazo!
Sara
Querido/a paciente:
Mi nombre es Inés y soy de Barcelona.
Te escribo desde mi casa, sin saber muy bien qué es lo que siento o lo que quiero sentir en estos momentos. Pero hay una cosa que tengo clarísima: ¡NO PODEMOS RENDIRNOS! No, no puede entrar en nuestra cabeza la posibilidad de dejarde luchar, ahora más que nunca hemos de sacar todas nuestras fuerzas y tirar hacia adelante. Y tú puedes hacerlo.
Cierra los ojos y piensa en las pequeñas cosas que te esperan ahí fuera, en aquellas motivaciones por las que nos despertamos cada día y nos permiten disfrutar de la vida. No dejes de luchar ni un segundo, MUY PRONTO saldrás de esta y te darás cuenta de que solo ha sido una pesadilla.
Necesito que me prometas y prometas a los tuyos que vas a sonreír, ellos necesitan que les dediques una sonrisa diaria. Porque aunque no pueden verte, aunque no pueden estar ahí contigo, pueden sentirte y piensan en ti cada minuto de sus días. Estoy segura de que tu familia y amigos salen al balcón cada día a aplaudirte. Ellos, que estarán tan preocupados por ti, aún sacan tiempo para salir al balcón y agradecer. A ellos también les mando un beso enorme y toda la fuerza y ánimos del mundo.
Aquí fuera estamos colaborando todos, haciéndolo lo mejor posible y demostrando nuestra responsabilidad ahora más que nunca. Cada uno aporta su granito de arena para que todo esto pase, podamos mirar atrás y ver que todo ha pasado.
Te mando un fuerte abrazo (con mascarilla y en la distancia ;) )
¡Saldrás de esta y saldrás mejor que nunca!
Ha sido un placer escribirte,
Inés
¡Hola valiente!
¿Cómo te encuentras? Espero que bien, dentro de lo que cabe. Vengo a tratar de distraerte un poco, aunque sean unos pocos minutos…
No sé cuánto tiempo llevarás ahí, pero no te preocupes, que ya queda muy poco para volver a casa. Se están movilizando masas. Enserio, es increíble, creo que España no había estado tan unida nunca, ¡ni cuando ganamos el mundial!. Y no hablo del Gobierno, que en fin… corramos un tupido velo. Pero es que los españoles de a pie lo están dando todo, cada uno desde sus circunstancias y aportando lo que puede, pero todos a una.
Así que, confía en mí, ya te queda menos.
Ahora, pensemos en cosas buenas. ¿Te gusta la cerveza? ¿O el vino? ¿Un tintito quizás? Pues piensa en eso, lo fresquito que te lo vas a tomar cuando vuelvas a estar en la terraza de un bar, con el sol pegando, calentándote la piel, con un buen pincho de tortilla, de esa que chorrea huevo y, por supuesto, con esas personas a las que tanto echas de menos. Te vas a reír a carcajada limpia. En ese momento vas a olvidarte de tus responsabilidades y de todo lo malo. Disfruta. Pasa del móvil. Y cuando decidas que es hora de volver a casa, con la chispa del
alcohol, abraza fuerte a los tuyos. Dios mío, qué gustito dan los abrazos apretados.
Es increíble cómo en estos momentos valoramos tanto las cosas que pensábamos que eran corrientes ¿Verdad?.
Pues dale, deja de pensar que estás en el hospital. Piensa en positivo. SONRÍE. Y dale las gracias a las personas que te están cuidando. Héroes sin capa.
¿Tenías algún viaje planeado para estos días? No te preocupes, lo vuelves a planear. Esta vez con más ganas si cabe. Esta vez te va a hacer ilusión hasta hacer la maleta. Mete muchos bañadores, que cuando salgamos de ésta el sol va a apretar fuerte. Bueno, igual eres más de montaña. ¿Has hecho el Camino de Santiago? Es una pasada.
Yo estoy siendo positiva y ya estoy pensando en qué hacer en las vacaciones de verano. El verano pasado me fui de voluntariado al Líbano a estar con personas con alguna enfermedad mental. INCREÍBLE. Creo que no había
sido tan feliz nunca. El mejor paréntesis de mi vida. Así que, este año quiero repetir. Pero si no se pudiera y las cosas no están bien, me gustaría ir a Asturias o Cantabria. ¿Te puedes creer que aún no lo conozco? Igual tú eres de allí. Así que sí, si no puedo irme de voluntaria, hago turismo español. Que vaya país bonito tenemos. ¡Y cómo se come!.
¿Tú eres de buen comer? Será otra de las cosas que eches de menos. Pero insisto, falta tan poquito para que vuelvas a estar comiéndote ese plato que tanto te gusta. Igual podrías aprovecharte y pedir con carita de pena que te cocinen esa comida para tu vuelta. Yo por pedir que no quede. Mi madre la verdad es que cocina como los ángeles. Ya le he pedido algún que otro plato para cuando nos volvamos a juntar. Y ella encantada, con tal de
tenernos a todos en casa.
¿Qué tal? ¿Estás un poco mejor ahora? Descansa y nos vemos en la calle.
¡Eres muy grande!
Con cariño.
NO TE CONOZCO PERO AQUÍ ESTOY escribiéndote desde Barcelona.
Hola, Espero que vayas mejorando poco a poco. No sé si estás grave o te queda poco para irte a casa. En cualquier caso, saldrás de esta, seguro!!!!
No sé si crees en Dios, pero yo sí, y de verdad que ayuda mucho, ayuda rezar, tener fe, pensar que Dios y la Virgen María están contigo cogiéndote de la mano. En un ratito que estés tranquilo, pruébalo, reza, habla con Dios y cuéntale cosas… Ya verás que luego te sientes mejor!!
No sé si eres hombre o mujer y que edad tienes, pero voy a intentar distraerte un rato con mi carta.
Aquí en Barcelona, también estamos confinados. En un rollo, pero es lo que tenemos que hacer para que este maldito virus acabe lo antes posible y podamos volver a la vida normal.
Soy mujer y tengo 54 años recién cumplidos, justo los cumplí el uno de marzo, cuando empezaba a llegar a Barcelona el virus.
Estoy separada y tengo dos hijas maravillosas. La mayor tiene 27 años y la pequeña 25. Las dos viven conmigo.
Trabajo en un despacho, aunque ahora lo estoy haciendo desde casa. No es lo mismo, pero tengo la suerte de poder hacerlo y no salir a la calle.
Mi hija mayor trabaja en publicidad y también está en casa. La pequeña es profesora, cada día da alguna clase online, desde el ordenador. Es muy gracioso escucharla, pues ella actúa como si estuviera en el colegio. Pone la misma ilusión y entusiasmo que si lo hiciera en directo. Los niños que tiene son de primaria, algunos se lo toman muy en serio, pero otros pasan un poco, y también hay los que ni siquiera se conectan.
Algunos niños son pequeños y sus padres están trabajando y no les pueden ayudar. Es una situación que las familias no la conocíamos, nunca habíamos hecho esto de hacer clases a través de un ordenador. No sabemos como acabará el curso, se habla que quizás lo alargan hasta julio. Ya veremos..
Mi vida es normal, voy a trabajar y a veces quedo con amigas para tomar un vino. Tengo muchas amigas, es una suerte!! Tengo un grupito de amigas que también están separadas y cuando quedamos nos lo pasamos muy bien.
Tengo otro grupo con las cuales hacemos cada año un viaje. El de este año era a Bolonia, Italia. Salíamos de Barcelona el cinco de marzo. Por supuesto lo tuvimos que cancelar. Por suerte nos devolvieron el importe del vuelo y el hotel.
Como no podíamos ir a Bolonia, alquilamos una casa en el campo y allí pasamos el fin de semana las doce. Fue muy divertido, nos montamos allí la juerga. El viernes cuando llegamos algunas fueron al super a comprar.
El sábado fuimos a dar una vuelta por la zona, y luego a comer a un restaurante. De primero tomamos calçots, que son como unas cebollas alargadas que se toman con una salsa y son buenísmos. Es muy típico en Cataluña en esta época. De segundo lo típico es tomar carne a la brasa y de postre crema catalana que también esta buenísima. Todo esto regado con un buen vino, por supuesto.
Por la tarde estuvimos en casa charlando y después de cenar hasta bailamos y todo!!
Nosotros somos una familia de cuatro hermanos y gracias a Dios mis padres aún viven.
Mi padre que tiene 81 años, ha estado ingresado un mes en una clínica. Tuvo una oclusión intestinal que se complicó con unas arritmias en el corazón. También se le fue un poco de agua al pulmón. Estuvo una semana en la uci. Ahora ya está en casa. Por suerte esto pasó en febrero, antes de que llegara el dichoso virus.
Todavía no está recuperado del todo, pero poco a poco se recuperará. Hace muchos días que no puedo ir a verlo. Una pena, pero es lo que debemos hacer. Lo está cuidando mi madre que tiene 75 años, pero está muy bien.
Ayer llegaron a Barcelona dos sobrinos que tenía fuera.
Uno estaba estudiando es Estados Unidos, es un chico que juega muy bien a golf. Estaba en una universidad donde se puede compaginar los estudios con el deporte. Una facilidad que en España no dan.
El otro estaba en Australia, estudiando y trabajando. Le faltaba un año para volver, pero sus padres decidieron que lo mejor era que adelantara la vuelta pues además le habían cerrado la universidad y la empresa donde trabajaba.
Así que ya estamos toda la familia aquí, aunque no nos podemos ver.
Bueno, todo llegará…
Me tengo que despedir ya, pues tengo que seguir trabajando.
Espero que te recuperes muy, muy pronto!!!!!!
Un abrazo enorme de una barcelonesa que ha escrito esta carta con muchísimo cariño.
¡Hola valiente!
¿Cómo te encuentras hoy? Hoy es un día menos para salir de allí. Te queda tan poquito
para volver a casa... Así que no te preocupes, relájate y deja que te cuiden esos héroes
sin capa que tienes a tu alrededor.
No sé cuándo recibirás esta carta, pero hoy aquí en Madrid ha nevado y ahora no para de
llover. Que digo yo, que estupendo, que llueva ahora, que cuando salgamos de ésta nos
vamos a pasar el día en la calle. Ya ves, nos van a tener que echar los propios camareros
de las terrazas, porque de allí no nos van a mover, como a Chanquete.
Cómo valoramos ahora los últimos ratos que pasamos fuera ¿verdad?, con nuestros
amigos o nuestras familias, sin tener ni idea de que iba a pasar mucho tiempo hasta que
pudiéramos repetir. Contándonos cómo había ido el día, desahogándonos cada uno con
sus problemas cotidianos, riéndonos (mucho) por cosas absurdas y planificando alguna
cena o algún viaje. En aquel momento nos despediríamos como todos los días. Y ahora,
sentimos una profunda sensación de añoranza, de algo que considerábamos cotidiano,
“normal”, corriente: unos cuantos amigos tomando un café, o una cerveza, con música
de fondo y una terapia de risas que cambia por completo los días.
Y es entonces cuando caemos en la cuenta de que lo que pensábamos que era rutina, en
realidad era vivir.
Así es que te animo a pensar en esos ratos que considerabas parte de la rutina y que
ahora echas tanto de menos. Piensa que antes de lo que crees vas a volver a vivirlo, pero
con una diferencia, ahora vas a saborear cada minuto de ellos.
Un abrazo, un beso distraído en la frente, darle la mano a alguien, las risas de un niño, el
primer trago de alguna bebida bien fría, tumbarte en la playa y tocar la arena caliente con
las manos, un mojito, o dos, desayunar en una cafetería leyendo, la ducha después de un
día de playa, otro abrazo, apretado.
¿Suenan bien, verdad?
Pues olvídate que estás en el hospital. No caigas en el aburrimiento y la desidia. Míralo
como un reto. Vas a conseguirlo. Y, aunque esté feo, hazle un corte de manga al maldito
virus.
Tú: 1; Virus: 0.
Que le den.
No sé si te habrás parado a pensar en qué vas a hacer cuando salgas de ahí. Y cuando
salgamos de ésta. Cuando todo vuelva a esa “normalidad” que ahora vemos como un
lujo.
Creo que nadie hemos pensado en nada excesivamente extraordinario. Un viaje al Caribe
o algo así. No. Creo que de primeras todos pensamos en cosas aparentemente simples.
Estar con la gente que queremos. No pedimos más. Donde sea, pero con ellos.
Qué bonita la vida cuando empezamos a vivirla ¿verdad?.
Pues SONRÍE y dale las gracias a esas personas que te están cuidando. Se están dejando
la piel por ti y por todos nosotros. No sé de qué pasta están hechos, pero son admirables.
Y gracias también a ti, por valiente.
Nos vemos en la calle.
Con cariño.
Querido hermano,
Hoy quiero escribirte aunque no te conozco pero me siento muy cercano a ti. Estás enfermito,
Y quiero decirte que hoy estoy orando por ti! Porque te pongas bien, porque te acuerdes del Señor y que puedas hacer una oración como yo lo estoy haciendo por ti.
Quiero que sepas que hay personas que piensan en ti, porque te están cuidando de la mejor manera que se puede.
Si en tu gravedad decides dar una sonrisa a Jesús, él te acompañará por siempre y si no puedes él te seguirá acompañando.
Un fuerte abrazo,
Alguien que piensa en Ti.
¡Hola VALIENTE!
No sé cómo empezar, solo he escrito cartas en mi niñez cuando entre mis compañeros del colegio no nos parecía suficiente tener nuestra compañía durante el día escolar o cuando incluso nos daba vergüenza dirigirnos la palabra a la cara con los primeros “amoríos” de nuestras vidas.
Me parece demasiado impersonal no empezar esta carta presentándome, por lo tanto, es lo que haré. Es posible que esta no sea la política del envío de cartas, pero como está claro que la política no nos está llevando a buen puerto haré lo que me apetece.
Mi nombre es Anabel. Te escribo desde Gales (UK) pero en realidad soy de España, más concretamente, una mezcla entre Sevillana y Cántabra. Una mezcla interesante ¿Verdad? Estoy muy orgullosa de ello, me llevo lo mejor de cada sitio jiji.
Además de todo esto soy una de las personas que decidió no extender el contagio del bichito quedándome lejos de mi hogar. No te voy a engañar, al principio no sabia que hacer, pero cuando lo pensé un poco creí más acertado no arriesgar mi salud y la de los demás aun teniendo el miedo que supone estar en un país extranjero y llegar a contraer el virus. Solo tengo 24 años (aunque puedas pensar que ya tengo una edad a veces me siento muy pequeñita) y la posibilidad de verme en la calle me aterrorizaba. Basta de mí, ya puedes hacerte una pequeña idea de la cabezona que te envía esta carta con el único propósito de hacerte este mal trago un poco más ameno, espero conseguirlo.
Pedirte en este momento un esfuerzo puede que sea demasiado, pero me voy a tomar la libertad de hacerlo.
Me gustaría que hicieras el esfuerzo de LUCHAR.
Lucha con todas tus armas contra la negatividad, por favor que no invada tus pensamientos las 24h del día. Eres más que todo esto, tienes una familia o un amigo que te quiere, tienes quizás una mascota que te espera, un plato favorito como los espaguetis a la boloñesa que te esta esperando en tu restaurante favorito, tienes tu lugar preferido esperando a que lo visites, el mar esperando a que inspires y bañes tus pulmones con su sal… En este tiempo intenta hacer un recorrido por tus mejores recuerdos y un plan de futuro para cuando salgas de esta. Será muy pronto.
Y hay una cosa más que me gustaría pedirte, ten paciencia y toda la buena actitud que tus sentimientos puedan permitirte en estos momentos. Estoy segura de que tienes un equipo sanitario que vela por ti y tienen muchas ganas de ver a su familia y sus amigos y descansar al igual que tú, tu amabilidad hará que este camino sea mucho más llevadero para ambos.
No se si mi carta estará a la altura de tus expectativas o si en algún momento de la lectura has pensado que me sobrepaso, pero mi única intención es que no te rindas y que le pongas todo el coraje que puedas para superarlo. Mira hacia el frente y proyecta, en cualquier ventana, pared o cortina que tengas, el lugar que más te tranquilice del mundo y después no olvides ir y de sentirte la persona más afortunada por estar ahí. Ese día llegará muy pronto.
Quien sabe quizás un día nos crucemos por alguna calle, pongas tu toalla cerca de la mía en la playa, cenes en el mismo restaurante que yo, pasees por el mismo parque al que yo vaya a jugar con mi hermano o te marques el mejor baile de tu vida en la discoteca en la que estaré celebrando el cumpleaños de una amiga.
¡¡MUCHO ANIMO PERSONA VALIENTE DEL MUNDO!! Y FELIZ VIDA!!
¡Hola valiente!
Aquí estamos un día más. ¿Cómo te encuentras? ¡Eh, no te desanimes! Que a esto le
queda un “pelao”, ya verás. No te quites la sonrisa de la cara, que te favorece.
Así, mucho mejor.
¿De qué te apetece hablar? Cosas positivas, por favor. Que menuda saturación de
noticias. ¿Hablamos de hobbies? ¿Qué te gustaría hacer? Yo estos días, aunque sigo
teletrabajando, el volumen de trabajo ha disminuido considerablemente, así que me
estoy dedicando a pintar. Relaja muchísimo. No sé si lo habrás probado, pero es una
pasada. En casa nos hemos comprado acuarelas y todo lo necesario por Amazon y oye,
rienda suelta al pincel.
Así que he pensado que sería bonito pintarle algo a cada una de las personas que quiero,
para que cuando nos volvamos a juntar, la tengan de recuerdo.
Pero bueno, dejemos de hablara de mí. Piensa en lo que te gustaría hacer cuando salgas
de allí. Que hazme caso, ya falta poco. Muy poco.
Piensa en el abrazo que le vas a dar a la persona en la que estás pensando. O las personas.
No sé dónde leí una vez que deberíamos darnos un abrazo de 6 segundos al menos una
vez al día. La verdad es que sientan fenomenal.
Piensa en la comilona que te vas a pegar cuando llegues a casa. A tomar por saco la dieta.
Un día es un día. ¿Qué vas a querer comer? Primero, segundo y postre. No nos andemos
con tonterías.
Piensa en el día que te sientes en una terraza, a tomar lo que sea: café, cerveza, vino,
tinto de verano, refresco o copazo. Lo que quieras. Pero con esas personas con las que
tanto te ríes. ¡Cómo pega el sol eh! Se está en la gloria.
Piensa en ti. Sé fuerte. Lo estás haciendo muy bien.
Nos vemos en la calle.
Con cariño.
No recuerdo cuando fue la última vez que estuve tanto tiempo encerrado en casa. Supongo que por la edad que tengo, como diría Sabina a mis veintidiez, creo que nunca había experimentado esto, y es que la vida no deja de sorprendernos.
Acostumbrados a poder hacer siempre lo que nos apetecía y a ver a los nuestros, hace unas semanas que ha cambiado el paradigma y nuestra vida diaria. Hay gente que lo ve como un gran drama, y que parece que en vez de decirles que no salgan de casa, les haya caído una condena de cadena perpetua a la prisión donde estuvo encerrado el conde de Montecristo.
Yo sinceramente pienso que tampoco estamos tan mal, es decir, es cierto que la situación es grave, pero tener que pasar unas semanas encerrado en casa no es un gran drama, y lo dice una persona que cada fin de semana se dedicaba a hacer deportes de montaña, ya sea correr o en bicicleta, y ahora no tengo ni terraza para que me toque el sol. De todas formas, estoy convencido que volveré a mis amadas montañas y praderas, a ver a los míos y a disfrutar de este mundo que tenemos que es fantástico.
Ahora que estamos algunos en casa y otros en el hospital, en vez de maldecir esta situación que nos ha tocado vivir, creo que es momento de sentarnos y reflexionar sobre el camino que hemos hecho hasta ahora, hacer como una autoevaluación, y ver lo que nos gustaría hacer de ahora en adelante. También podemos aprovechar y hablar con todos estos amigos y familiares para los que nunca tenemos tiempo, porqué vamos tan rápido que no tenemos ni tiempo de mirar por la ventana, como un viaje en AVE; aunque nuestras vidas vayan a 300km/h es bueno ir mirando por la ventana y ver lo que dejamos y lo que viene. A veces conviene parar y sentarse un rato, y lo mejor es que ahora estamos obligados a hacerlo.
Seguro que a partir de ahora vamos a valorar mucho más las pequeñas cosas que hacíamos tanto en el día a día como las actividades de fin de semana, desde ir al trabajo hasta las excursiones, las salidas al cine o a los restaurantes.
Me gusta recordar las palabras de Victor Küppers, cuando dice que esto no es un pozo, sino un túnel, y que de esta situación vamos a salir, y cuando habla también de hacer de las cosas ordinarias, extraordinarias. Intentemos pués aprovechar este tiempo de descanso y meditación al que estamos obligados, es una oportunidad única, ya que seguramente no lo volveremos a tener.
Ya para acabar es importante recordar que, aunque nos encontremos en momentos difíciles en los que hemos dejado de hacer todo esto, volveremos a salir a la calle, a los bares, al cine, a los restaurantes, de excursión, de viaje, y hasta a pasear sin tener destino alguno, ¡más pronto que tarde volveremos a hacer todas estas cosas! Así que yo recomiendo a cada un@ que vaya haciendo una lista de todas las cosas que le gustaría hacer cuando podamos volver a salir, seguro que nos vamos a sorprender de nosotros mismos. ¡Ánimos y un fuerte abrazo!
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